Una nueva ola de ataques con misiles sacudió este lunes varias ciudades de Ucrania, dejando un saldo de al menos 38 personas muertas, incluyendo varios niños, y causando graves daños a un hospital infantil en la capital, Kiev.
Un hospital infantil en la mira
En Kiev, uno de los ataques más impactantes se produjo contra el Ohmatdyt, el mayor hospital infantil del país. Según la oficina de Naciones Unidas en la ciudad, existe una “gran probabilidad” de que el hospital haya sido alcanzado por un misil ruso. El ataque destruyó parte del edificio y dejó al menos 17 personas muertas, incluyendo niños.
Otras ciudades también sufren
Además de Kiev, otras ciudades como Krivói Rog, Pokrovsk, Dnipró, Kramatorsk y Slaviansk también fueron blanco de ataques con misiles. Las autoridades ucranianas aún no han confirmado el número total de víctimas en estas ciudades, pero se teme que la cifra pueda ser alta.
Rusia niega responsabilidad
Desde el Kremlin, se ha negado cualquier responsabilidad en el ataque al hospital infantil. Presumiendo que el edificio fue destruido por misiles de defensa aérea de la OTAN que se desviaron de su curso.
Condena internacional
La comunidad internacional ha condenado enérgicamente los ataques, calificándolos de crímenes de guerra. El secretario general de la ONU, António Guterres, se mostró “profundamente conmocionado” por el ataque al hospital infantil y pidió una investigación independiente.
Un conflicto cada vez más sangriento
Estos nuevos ataques ponen de relieve la brutalidad del conflicto en Ucrania, que ya ha dejado miles de muertos y millones de desplazados. La guerra no muestra signos de disminuir y la población civil sigue siendo la principal víctima.
Llamado a la paz y la rendición de cuentas
Es urgente que se ponga fin a este conflicto y que se rindan cuentas por los crímenes de guerra que se han cometido. La comunidad internacional debe redoblar sus esfuerzos para lograr una solución pacífica a la crisis y garantizar la justicia para las víctimas.
